La confidencialidad es el principio que hace referencia a que la información únicamente puede ser tratada por los usuarios o plataformas que estén autorizadas para hacerlo, para garantizar que estos datos no puedan ser divulgados ni vistos por cualquier persona.
La integridad, por su parte, se refiere a que las personas o sistemas que vayan a tratar con estos datos no van a poder manipularlos, cambiarlos o modificarlos sin tener autorización para ello, la información solo puede ser modificada por una misma persona ya que si esta se cambia puede fallar el proceso, y una manera de garantizar de que esto sea así son las contraseñas, por ejemplo.
Por último nos encontramos con la disponibilidad, que se refiere a que esa información ha de estar a la disposición del usuario o la plataforma que trata con ella cuando este quiera, ya que no sirve de nada que la información respecto a un usuario esté protegida si no está disponible para este mismo.
Estas tres condiciones son necesarias a la hora de plantear cualquier sistema de gestión de la seguridad de la información, y es necesario que se cumplan para asegurar que este sistema sea lo menos vulnerable posible a amenazas y vulnerabilidades tanto internas como externas. A continuación os dejo un video que expone a la perfección qué es este modelo y cómo funciona.
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